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Daño Solar

La radiación Ultravioleta  (UV) es una forma invisible de radiación que daña de manera permanente nuestra piel, ya sea de manera aguda (quemaduras solares) o crónica dando origen al envejecimiento y al cáncer de piel. Nuestra ciudad se encuentra a 2,200 mts de altura sobre el nivel del mar,  una altura que nos permite recibir luz solar durante todo el año. Estamos expuestos a un 20% extra de radiación UV comparado con el nivel del mar. Las horas de mayor intensidad son de las 10:00 a las 16:00 hrs.

La piel posee mecanismos para la protección contra el daño solar, incrementando la producción de melanina, que es el pigmento que le da color a la piel. Este incremento, le dará un aspecto bronceado a tu piel. Las personas que poseen un tono de piel más oscuro presentan mayor protección contra la luz solar que aquellas con un tono de piel más claro, sin embargo, esto no los excluye de presentar lesiones por daño solar.

La radiación solar  estimula la producción de pigmento y se producen aumentos en la coloración de zonas no uniformes, generando manchas secundarias a la exposición solar.

El daño crónico por exposición solar hace que la piel se torne flácida, pierda flexibilidad, se formen pliegues verticales y arrugas profundas. El tratamiento consiste en la utilización de técnicas de rejuvenecimiento que le devuelvan a la piel su textura natural.

Algunos padecimientos como el melasma aparecen o se empeoran como consecuencia de la exposición solar.

Todos los esfuerzos para el tratamiento de estos padecimientos están encaminados a promover los cuidados del sol, mediante la aplicación de productos como protector solar y antioxidantes, mediante la realización de procedimiento cosméticos que mejoren el aspecto de la piel y reviertan el daño ocasionado por la exposición solar.

Pregunta a tu dermatólogo cuales son los productos más adecuados para tu tipo de piel y que tipos de accesorios puedes utilizar para protegerte de la luz solar.

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